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Ética cristiana en el liderato y en el ministerio pastoral

Por: Rvdo. Dr. Luis G. Collazo

lunes, 30 de junio de 2025


«Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh, Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste»

Juan 17:20-21 (RV1960).


La ética, entendida como la reflexión sobre los principios que orientan la conducta humana hacia el bien común, es fundamental en la vida cristiana y ministerial. Jesús oró por la unidad de quienes habrían de creer en él, una unidad que se fundamenta en una ética del amor, la comunión y la verdad, que debe reflejarse en el ejercicio del liderato pastoral.


La ética cristiana es el instrumento a través del cual la teología puede orientar el liderato pastoral a ser agente de transformación profética. Como tal, propicia que la pastoral y el quehacer teológico-eclesiástico logren desarrollar un análisis crítico de la realidad histórica en el contexto de la sociedad contemporánea. En esta perspectiva, la reflexión crítica y la praxis evangélica se encuentran creativamente.

El liderato eclesiástico pastoral debe demostrar con legitimidad moral su compromiso con la transformación de una cultura centrada en el lucro y la prepotencia, a una caracterizada por la empatía y la justicia. La ética debe remirar la evangelización para que esta misma contribuya a fomentar un mundo caracterizado por la equidad, la espiritualidad y el ideal de la aldea global. En la medida en que seamos colaborativos en nuestro estilo pastoral, fomentamos una ética comunitaria.


La propuesta jesuita de ver, juzgar y actuar, así como la planteada por el teólogo José Míguez Bonino en su escrito La fe en búsqueda de eficacia, deben cimentar nuestra agenda pastoral en el contexto de una ética cristiana. En este sentido, el liderato pastoral no debe estar subordinado a una visión bancaria de la iglesia, sino a un proyecto evangélico que contraste con un ministerio pastoral reducido al éxito numérico e indiferente a la dimensión ética. La opción preferencial del ministerio pastoral vista desde esta perspectiva, tiene que ser la defensa de todo derecho humano y el cuidado de nuestro entorno ecológico.


Nuestra moralidad necesita, con carácter de urgencia, un liderato que se comprometa con fomentar un nuevo paradigma de «ser» cristiano, preferencialmente a partir del amor, la justicia y la libertad. Es necesaria una ética cristiana que se desvincule del culto al «heroísmo moral individual» y se comprometa radicalmente con la santidad ético-social. La enajenación del evangelio de la solidaridad constituye un grave desacierto. La predicación, la evangelización, la mayordomía y la lectura bíblica tienen que estar profundamente vinculadas con una ética de liberación y una agenda de transformación histórico-social. No es aceptable un ministerio pastoral ni un liderato eclesiástico enajenado de los eminentes desafíos que el contexto actual nos plantea.


Aceptando el compromiso de un liderato pastoral que acciona desde la base del amor, la justicia y la libertad, podremos demostrar que Él nos ha enviado y, así, el mundo creerá.


El Rvdo. Dr. Luis G. Collazo es ministro ordenado de nuestra denominación. Posee una maestría en divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico y un doctorado en teología del Graduate Theological Foundation.

 
 
 
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