El Siervo Sufriente
- Iglesias Bautistas de Puerto Rico
- 18 abr
- 2 Min. de lectura
Por: Pastor Mario Rodas
viernes, 18 de abril de 2025
«Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y afligido. Mas él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados». Isaías 53:4-5 (RV 1960).
Aquellos que estamos saludables jamás nos visualizaríamos en un ataúd, fríos y muertos. Ni siquiera pensaríamos en eso. ¿Te has detenido alguna vez para darte cuenta de que Jesucristo no tuvo esa opción? Su obituario fue escrito 700 años antes de que naciera, y la sombra de la cruz se extendió más profundamente a lo largo de Su camino cada día de Su vida terrenal.
Su misión lo llamó a morir a sus treinta y tantos años. A la edad en que la mayoría de las personas apenas están comenzando su carrera, o una relación matrimonial, entre otras vivencias. Pero Cristo enfrentaba la muerte y una que fue brutal y violenta. El profeta Isaías nos da con lujos de detalles el sufrimiento por el cual Jesús tendría que enfrentar; el desprecio, el rechazo, la burla, el abandono, el dolor físico de los latigazos sobre su cuerpo, una corona de espinas sobre su cabeza, los clavos que traspasaron sus manos y sus pies.

El profeta al describir esta muerte resalta la verdad como: «hombre de dolores». Enfrentó la angustia mental y el sufrimiento físico, y no solamente en Su crucifixión, sino a lo largo de Su vida. Contendió con las iniquidades de aquellos que lo rodeaban, sabiendo que finalmente moriría en nuestro lugar, «aplastado por nuestros pecados».
Jesús no solo se entregó al morir, sino también a través de Su vida entera. Como diría ese versículo 6: «Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros» (NTV). El ser humano es egoísta, terco y orgulloso por naturaleza. Jesús llevó sobre Sí todos nuestros pecados: pasados, presentes y futuros. Hizo el pago completo por todos los que nos hemos desviado, que hemos seguido nuestro propio camino.
Recordemos esta Semana Santa al Siervo sufriente. Él fue azotado, hérido y afligido, todo por ti y por mí, por todas sus ovejas… definitivamente Jesús es el Siervo Sufriente, es el buen pastor que dio Su vida por sus ovejas.
El pastor Mario Rodas es pastor endosado de nuestra denominación. Actualmente es el pastor de la Segunda Iglesia Bautista de Cidra. Posee una maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico.
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