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Unidos en la Construcción del Reino

Por: Rvdo. José Calo Castro

lunes, 7 de julio de 2025


«Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste» Juan 17.20-21 (RV1960).

 

«Y andaremos por el mundo con fe y esperanza viva.

Celebrando, cantando, sonriendo, luchando por la vida.

Y vamos a celebrar a nuestro DIOS de la vida,

La Mesa de la unidad para todos está servida.

Y vamos a sonreír junto al niño y al hermano;

Y a aquél que nos necesite vamos a darle la mano».

(Eseario Sosa Rodríguez, autor venezolano)

 

Cuando JESÚS se preparaba para enfrentar la cruz, elevó una oración que sigue siendo faro misional para su Iglesia: «Que todos sean uno… para que el mundo crea». No oró solo por sus íntimos amigos, potenciales divulgadores de Su reinado, sino por todos los que, a lo largo de la historia, creeríamos en Él e ingresaríamos al censo de proclamadores(as). La unidad no es un lujo ni un adorno de nuestra fe: es evidencia viva de que el Reino de DIOS está presente y se proclama cada día entre y a través de nosotros.


«Y vamos a sonreír junto al niño y al hermano;

y a aquél que nos necesite vamos a darle la mano.

Nos vamos a organizar con fuerza y sabiduría

y seguiremos cantando y luchando por la vida»,

continúa el canto bolivariano.

 

Como Iglesias Bautistas de Puerto Rico, valoramos la autonomía congregacional, pero celebramos la fraternidad que nos entrelaza como un solo cuerpo. Nuestra libertad se fortalece en la cooperación y el respeto mutuo. Así honramos la oración de nuestro SEÑOR, que solicitaba al DIOS invisible que asumiéramos, siendo comunidades diversas, en medio de desafíos y retos particulares, el permanecer unidos por la fe, el amor y la misión que nos impulsa más allá de nuestras agendas de humana formulación.

 

Construir el Reino de DIOS es una tarea compartida. Allí están las figuras pastorales, con las mangas aún enrolladas o aquellas disfrutando de un descanso jubiloso, junto a líderes y laicado comprometido, trabajando hombro con hombro, cada uno aportando desde su inventario de carismas y recursos que, por pura Gracia, nos han sido impartidos por la tercera Persona de la Trinidad. Sabiendo sus mochilas ocupadas con tales regalos, encienden carbones nuevos junto a sus experimentadas brasas, avivadas con espíritu de auténtica humildad, en la presencia del DIOS soberano, quien nos llama a servirle con pasión y fidelidad para su gloria.

 

Que cada culto de adoración, cada gesto de servicio compasivo, cada brigada misionera que siembra esperanza allí donde la necesidad es más intensa, y cada encuentro fraternal, en medio de la ardua tarea, para compartir cargas y celebrar estimulantes victorias, sigan siendo llamas vivas y constantes que iluminan el altar de DIOS. Que este testimonio ardiente, propio de los ciudadanos del REINO, insista en disipar la frialdad del «cosmos» —la humanidad sin CRISTO—, y así permanezca inquebrantable frente a cualquier intento de separar lo que DIOS estableció para su gloria.

 

Hoy más que ayer, e inspirados en la «mañana gloriosa», renovemos el compromiso de ser respuesta viva a la oración de nuestro SEÑOR, elevada en el aposento donde celebrara la última cena pascual (Juan 18:1). Que cada niño, escolar, joven, adulto joven —sí, esos seres amados en la mitad del sendero—, mujeres y hombres, miembros de entornos familiares biológicos como espirituales, sean instrumentos de unidad y paz, para que todo Puerto Rico sepa y afirme que JESÚS es el Señor de señores, nuestro indiscutible Salvador por disposición eterna.

 

¡Unidos levantemos el pendón que declara: «El Reino de DIOS está en plena construcción entre, y a través de nosotros, para la vida y esperanza de todos»!

 

El Rvdo. José Calo Castro es ministro ordenado de las Iglesias Bautistas de Puerto Rico. Es el pastor titular de la Iglesia Bautista de Palmer de Río Grande. Posée una maestria en divinidad del Seminario Evangélico de PR de la clase del 1991.

 
 
 

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