top of page

Generaciones que iluminan


Por: Rvda. Karylin Galarza Burgos

lunes, 11 de agosto de 2025


«…hasta que tu victoria brille como el amanecer y tu salvación como una antorcha encendida» Isaías 62:2b (DHH).


En Isaías 62:1b existe un desafío vigente hacia la siempre viva Iglesia del Señor; son palabras del mismo Señor. El profeta Isaías plantea que no es indiferente, sino que se mantiene en acción, nunca guarda silencio ni descansa a favor de los que ama y a quienes llama, en referencia a esa Iglesia invisible como Sión y Jerusalén. De hecho, esta Sión estará invisible a nuestros ojos físicos mientras estemos en la tierra. Hoy, la reconocemos, ya que sus ciudadanos se congregan a escuchar el mensaje de la gracia de Dios en Cristo y a recibir sus sacramentos. El contexto histórico mundial, en el ejercicio comparativo con otros escenarios, no la reconoce como una gloriosa, sino que la ve como una perseguida y, en ocasiones, hasta ridiculizada.


Es en esta coyuntura que el escritor enfatiza que las bendiciones que Dios ha preparado para su Iglesia son demasiado maravillosas e importantes como para mantenerlas ocultas. Además, esto no limita que Dios siga demostrando su gracia y misericordia a su Iglesia, la que ha sostenido, sostiene y sostendrá. En su acción de Salvador creó al pueblo que ha venido a ser su Sión y su Jerusalén, ciudadanos que sacó de las tinieblas a su luz admirable para ser su nación santa y escogida. Es su rebaño en este mundo terrenal, pero que, después que termine esta vida, entrará en la Nueva Jerusalén que espera a los creyentes.


Precisamente, este proyecto de eternidad, el cual Dios creó, se resiste a que sea un secreto sobre la faz de la tierra. Su fin es que todos los pueblos oigan el mensaje de gracia en Cristo, creado para su Iglesia, y crean en su mensaje de amor por los pecadores. Dios no guardará silencio hasta que la justicia que les pertenece a todos los creyentes brille a tal grado que todas las naciones la vean.


Es por eso por lo que la Iglesia de hoy tiene un llamado a ser la voz de Dios, para dar testimonio y obra de Cristo por medio de su mensaje, y así llevar a otros a la fe; ciclo que sigue vigente y permanecerá hasta que Dios regrese por su Iglesia.


ree

En otras palabras, el Señor nunca ha permanecido en silencio. Por eso, cada uno/a de sus hijos/as es llamado/a a no guardar silencio y a ser antorcha encendida, testificando con su vida para que el Evangelio continúe su gloriosa labor de redención. Este mensaje se hace palpable y alcanzable cuando la Iglesia, como antorcha viva, se hace presente y acompaña al necesitado, denuncia la injusticia, siembra esperanza en comunidades empobrecidas y sirve con amor en cada rincón donde la dignidad humana es vulnerada.


Entonces, los que vienen detrás continuarán con el legado, y de generación en generación iluminaremos hasta que su salvación se encienda como antorcha en cada lugar sobre la faz de la tierra.


Seamos el fuego que arde por un extremo, abrazando a las nuevas generaciones y relevando la antorcha encendida a quienes, con gozo, continuarán iluminando al mundo.

 

La reverenda doctora Karylin Galarza Burgos posee una maestría en Divinidad y actualmente cursa un doctorado en Ministerio en el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Se desempeña como pastora asociada generacional en la Primera Iglesia Bautista de Yauco.

 

 
 
 

Comments


bottom of page